Por: Pepe León
Significativo gesto, el presidente Andrés Manuel López Obrador reconoció a las Diablillas de Hondzonot, equipo de softbol femenino de la comunidad maya del municipio Tulum, Quintana Roo. Este equipo, conocido por jugar descalzas y con sus tradicionales huipiles, ha capturado la atención y el respeto de México, convirtiéndose en un símbolo de orgullo y resistencia cultural.
La gobernadora de Quintana Roo, Mara Lezama, acompañó a las Diablillas en la conferencia de prensa matutina, subrayando el impacto que estas mujeres han tenido no solo en el deporte, sino también en la promoción de la inclusión y visibilidad de los pueblos originarios. “Representan también los alcances del Tren Maya, que permitirá la inclusión y visibilidad de nuestros pueblos originarios, antes excluidos del éxito turístico”, declaró la Gobernadora. Su declaración resuena con una verdad innegable: los logros de las Diablillas son un recordatorio poderoso de la capacidad y el talento inherentes a las comunidades indígenas que durante tanto tiempo han sido marginadas.
La presencia de las Diablillas de Hondzonot en la conferencia del jefe del ejecutivo federal no solo fue un acto de reconocimiento, sino un momento histórico. Las jugadoras, con orgullo, estuvieron en primera fila, viendo un vídeo de sus hazañas en el campo y posando para una fotografía con el presidente López Obrador. Este evento marca un antes y un después en la lucha por la equidad y la inclusión en México, destacando el papel vital de las mujeres y las comunidades indígenas en el tejido social y cultural del país.
El reconocimiento presidencial no es solo un homenaje a un equipo de softbol, sino una afirmación de la riqueza y diversidad cultural que define a México. Las Diablillas de Hondzonot, con su determinación y espíritu indomable, nos recuerdan que el verdadero éxito no se mide solo en victorias deportivas, sino en la capacidad de inspirar y unir a las personas a través de nuestras tradiciones y valores más arraigados.
Este homenaje debe servir como un catalizador para un mayor apoyo y visibilidad a los pueblos originarios, reconociendo su contribución invaluable a nuestra sociedad. Las Diablillas de Hondzonot han demostrado que el deporte puede ser una poderosa herramienta para la inclusión y el cambio social, y su ejemplo debería motivar a todos los mexicanos a celebrar y apoyar nuestras raíces culturales con el mismo fervor y orgullo. Nos leemos pronto.,.
