Por: Pepe León
La presentación del Decreto de la Zona Libre en Chetumal, capital de Quintana Roo, firmado hace unos días por el Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador representa un audaz intento del Gobierno estatal por revitalizar una economía que ha padecido las fluctuaciones económicas nacionales y la competencia internacional. La iniciativa, apoyada con gran entusiasmo por los comerciantes, empresarios e inversionistas locales, ha puesto de relieve la ambición de las autoridades por transformar la región en un epicentro de desarrollo económico en el sur de México.
La decisión de implementar una Zona Libre en Chetumal no es menor y evidencia una política de estímulo económico centrada en beneficios tangibles como la exención de impuestos clave – IVA, ISR y los aranceles aduaneros— para atraer inversión y comercio en la zona. Sin embargo, es crucial no pasar por alto los criterios de ingresos establecidos, los cuales determinarán quiénes podrán beneficiarse realmente de estas ventajas fiscales.
El respaldo del Gobierno de Quintana Roo, y en particular el rol activo de la gobernadora Mara Lezama, quien personalmente se ha implicado en la promoción de este proyecto, subraya la importancia política y económica de la Zona Libre. La Gobernadora Mara Lezama ha expresado su visión de la Zona Libre como motor para el desarrollo económico no solo de Chetumal sino de todo el municipio de Othón P. Blanco, lo que apunta a un objetivo más ambicioso de redefinición del tejido económico del sur y centro del estado.
Además, el potencial de la Zona Libre para atraer a una amalgama de comerciantes, desde la población local hasta los turistas extranjeros y los residentes de Belice, plantea un escenario prometedor para el comercio transfronterizo y el turismo. Esto podría significar una oportunidad dorada para convertir a Chetumal en un polo de desarrollo comercial, industrial y turístico, revitalizando así todo el sur-sureste de México.
No obstante, mientras que la perspectiva a corto plazo parece alentadora, son los detalles finos de la implementación y la capacidad del gobierno para navegar los desafíos logísticos y administrativos lo que determinará el éxito de la Zona Libre a largo plazo. La presencia de altos funcionarios en la presentación del decreto indica un compromiso gubernamental sólido, pero el verdadero test será la ejecución eficaz y transparente de la política.
En resumen, la Zona Libre de Chetumal se perfila como una estrategia potencialmente transformadora para Quintana Roo. Sin embargo, será esencial monitorizar de cerca la implementación del decreto y evaluar su impacto real en la economía local para asegurarse de que los beneficios prometidos no se queden solo en papel. La comunidad empresarial y la población local están, comprensiblemente, llenas de esperanza; con el liderazgo de la Gobernadora Mara Lezama Espinosa al frente del gobierno de Quintana Roo convertirá esa esperanza en una prosperidad sostenida para muchos Quintanarroenses.
