Su gestión se caracterizó por aumentos sostenidos en la recaudación, disciplina financiera, estabilidad de las notas crediticias, confianza interinstitucional, respeto a la autonomía del Banxico, flujo continuo de participaciones y aportaciones, y el diseño de mecanismos atractivos para la llegada de IED.
El mayor reto de transición es evitar subejercicios naturales por rotación de personal y por ajustes de obras y programas.
Todo esto por medio de una carta expedida en distintas redes sociales del aún secretario de Hacienda