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porEditor Libre Opinión

Abr 1, 2024

Por: Martin Gonzalez Iglesias

Menosprecio al periodismo

La mayoría de los teóricos coinciden que “el propósito principal del periodismo es dar a los ciudadanos información veraz y oportuna para hacer valer sus derechos ante la sociedad, además, mayormente es utilizada por los medios de comunicación para transmitir noticias, opiniones o críticas que enriquezcan al público”.

En ese contexto, independientemente de nuestras filias o fobias, tenemos una responsabilidad social, que parece al pasar del impreso a lo digital, hemos perdido, el rigor periodístico y ahora cualquiera puede transmitir información y ser considerado “periodista”; la radio y la televisión se adaptaron a este sistema para no perder a sus clientes.

Tengo que aclarar, que son varias las personas que al comerciar con el morbo, pudieron obtener miles de seguidores, porque como decimos los que nos formamos en las salas de redacciones “el morbo vende”; pero estrictamente hablando, no caen en la categoría de periodistas, sino en la de comunicadores. Porque comunicar, cualquiera puede, hasta el Presidente de México lo hace, pero hacer periodismo, muy pocos.

El periodista hoy sufre el menosprecio hasta de sus fuentes, la crisis que vive el gremio es muy marcada, porque son ninguneados hasta por sus clientes, no hay respeto al trabajo. Les pongo un ejemplo, a varios compañeros que son independientes, los gobiernos los hacen facturar y tres meses después les dicen que hay que volver a refacturar, así se los traen sin pagarles por sus servicios. Otros clientes son más aviesos, y con la promesa de pago, le solicitan al periodista que facture una cantidad mayor, al grado de caer en actos de corrupción.

Lamentablemente tengo que aclarar, que la mayoría de los periodistas dependen de un contrato de servicios con los gobiernos en turnos, que en mi experiencia, actúan perversamente al otorgarles dicho convenio, pues en el convenio no escrito está el convertirse en un fiel replicador de las obras de gobierno, sin derecho a cuestionar a quien está pagando el servicio.

Por si lo hemos olvidado, nuestra responsabilidad social como periodista es el bien común, prevenir sobre amenazas o peligros para el bien de todos, concentra la atención en el ejemplo de los buenos ciudadanos, poner en común los problemas y proyectos de la comunidad, hacer conocer las realizaciones de la comunidad y denunciar; es informar para que cada ciudadano y la comunidad puedan decidir en libertad sobre el tema expuesto.

Hace 25 años, aprendí que es ajeno al propósito del periodismo hacer propaganda de cualquier clase: política, gubernamental, comercial, religiosa, o procurar entretenimiento o diversión. Ni propaganda de nada, ni diversión, sólo información, procesada para convertirla en conocimiento. Ese es el propósito de la profesión. Ahí se las dejo…