Ridiculez, estupidez e insensatez de legisladores federales

La confusión en la que viven algunos políticos(as) raya en la ridiculez, la estupidez y la insensatez.
Explico, la ridiculez porque olvidan la función para la que el pueblo bueno y sabio los eligió, para gobernar un país, un estado o un municipio; para legislar por la República o por el Estado; así como para la impartición de justicia en algunos casos.
Ya es muy común ver a quienes deberían hacer leyes para proporcionar las herramientas necesarias para una convivencia social en orden, en todos los sentidos, levantar basuritas en las playas o en los parques urbanos; unos más acariciando perros o mascotas de su preferencia; algunos llegan al extremo de repartir despensas y uno que otro enseres domésticos, todo con el fin de tomarse la foto y publicarla en su red social, con la consigna de que sus seguidores le den un “like” o comenten que están “haciendo algo” por el medio ambiente.
Hay que poner las cosas en su respectiva perspectiva. Porque el Poder Legislativo tiene la responsabilidad principal de legislar, es decir, crear, modificar y derogar leyes. Además, tiene la obligación de representar a la ciudadanía, controlar al Poder Ejecutivo y participar en la designación de funcionarios del Poder Judicial. También son responsables de aprobar la Ley de Ingresos y la Ley de Egresos, y de vigilar que los recursos públicos sean aplicados correctamente.
La estupidez, porque parece que olvidan que, entre las principales características del Poder Legislativo, se encuentran la representación de la ciudadanía, compuesta por sectores y que tienen problemas específicos; ellas y ellos representan diferentes intereses y perspectivas.
Pero al parecer, los legisladores que representan a Quintana Roo en la Cámara Alta y en la Baja de la República, no le entran al debate público, no es su fuerte, quizá porque carecen del conocimiento pleno de los asuntos que se tratan en esos espacios. Los proyectos de ley pasan por un proceso de análisis y discusión en sesiones abiertas al público, en las que los representantes debaten los beneficios, los problemas y las posibles mejoras de las propuestas, hasta ahora no he visto a un legislador quintanarroense aportar algo importante en dichas discusiones.
Lamentablemente, en esta geopolítica nacional, no hay autonomía e independencia del Poder Legislativo, pues no cumplen su misión de un equilibrio y una distribución del poder que refuerza el sistema democrático del Estado.
La insensatez, porque nuestros legisladores federales han olvidado a su respectivo distrito, a las comunidades de Quintana Roo, a la gente y organizaciones que creyeron en ellos. No visitan su distrito, no informan de las actividades que realizan por el bien del pueblo; menos comparten los beneficios de su abultada dieta, ya el servicio no es “por amor al pueblo”, sino por amor al presupuesto, como si algunos necesitasen el dinero producto de nuestros impuestos.
Pero también hay funcionarios, de esos llamados de “primer nivel”, quienes buscan a toda costa los reflectores y aplaudidores para decir que cumplen con su misión, cuando la realidad en el municipio, estado o país, son diferentes. De esos hablaremos en otra ocasión, porque ellos son maquilladores de acciones gubernamentales con el fin de llegarse algunos miles de simpatizantes. Al tiempo…
SASCAB
Cada vez son más personas las que exigen justicia en los eventos gubernamentales, ayer en la audiencia pública llevada a cabo en Cancún, una mujer que dijo ser extranjera fisioterapeuta, llegó para denunciar que la Fiscalía General del Estado, no ha querido resolver el caso de violación de su hijo.
La angustiada madre asegura que la dependencia no ha realizado las investigaciones necesarias para esclarecer los hechos y llevar a los responsables ante la justicia.
Ante el intento de calmarla, funcionarios del Gobierno del Estado le pedían que “se concentre y se relaje, porque estás muy alterada”; solo pregunto, ¿qué padre o madre no estaría alterado al saber que su hijo(a) fue víctima de agresión sexual? La respuesta es más que obvia.
Si la paz es producto de la justicia, quiere decir que nos falta mucho para pacificar este Estado. Ahí se las dejo…